Que la Feria Internacional del Turismo (Fitur) representa una de las mayores citas del sector es un hecho de sobra conocido. Se trata de cinco días donde tanto empresas como organismo oficiales procedentes de los cinco continentes sacan su artillería a la espera de captar la atención del visitante. Desde el vídeo carta ‘Querida España’ que ha promocionado México para destacar los lazos que existen entre ambos países, hasta la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento de la capital que, en su apuesta por el turismo sostenible, han presentado un stand construido con material reciclado de la mano de la arquitecta Izaskun Chinchilla. Cualquier fórmula es válida.

Por todo ello, casi cuatro décadas después de su puesta en marcha, – este año se ha celebrado la 38º edición- el evento puede presumir de ser el encuentro de referencia. Según los datos oficiales, este año ha recibido un 2,5% más de participantes, hasta los 251.000, lo que supone la cifra más alta de su historia. De este total, más de 140.000 se corresponden con visitantes profesionales, un hecho que afianza el liderazgo de Fitur como “foro de negocios” dentro de esta industria, que equivale al 10% del PIB mundial y se sitúa como el tercer sector exportador a nivel global, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Y las estadísticas pronostican que vaya en aumento. Para 2050 se estima que habrá alrededor de 2.500 millones de turistas internacionales, un tercio de la población mundial.

Precisamente es ante esta multitud cuando retos como la sostenibilidad, los problemas de gestión y la diferenciación motivada por un viajero cada vez más exigente, se convierten en un desafío a resolver de cara a los próximos años. De hecho, en esta edición catalogada como “la más tecnológica” los expertos han presentado algunas de las propuestas más innovadoras. Personalizar la habitación del hotel a través del dispositivo móvil del usuario, abrir la puerta de ésta con un simple reconocimiento facial o utilizar visores holográficos para mejorar la experiencia física son algunas de ellas.

El sector de los viajes, lejos ya de haber alcanzado la madurez, solo le queda la opción de reinventarse. Nichos como el turismo de festivales, que este 2018 ha tenido representación en Fitur por primera vez, movilizaron a más de 22 millones de personas en España durante 2016, según la Sociedad General de Autores (SGAE), lo que, en términos monetarios, supuso un impacto económico de 224 millones de euros.

Otro de los mercados potenciales es el turismo de salud donde destinos como Madrid, Islas Baleares o el archipiélago canario se han convertido en un referente de los tratamientos no invasivos como la cirugía estética, arreglos dentales o terapias de dexotificación. En cualquier caso, se trata de segmentos que presentan un potente crecimiento y pueden dar pistas sobre el turismo que viene. CARMEN MUÑOZ PUENTE

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