El Lago de Yojoa es el único lago natural de agua dulce en Honduras y una de las joyas naturales más importantes del país.
Ubicación y características
Está situado entre los departamentos de Comayagua, Cortés y Santa Bárbara, a unos 184 kilómetros de Tegucigalpa y 90 kilómetros de San Pedro Sula. Se encuentra a 680 metros sobre el nivel del mar, con una longitud aproximada de 16 km, una anchura de 6 km, y una superficie de unos 90 km². Rodeado por montañas que alcanzan los 2.600 metros, el lago está enmarcado por dos parques nacionales: Cerro Azul Meámbar (PANACAM) al este y Montaña de Santa Bárbara al oeste.
Origen y ecología
El lago se formó tras una antigua explosión volcánica, lo que le da características únicas en la región. Desde 2005 está protegido como sitio Ramsar por su enorme valor ecológico y su biodiversidad. En la cuenca del lago habitan más de 500 especies de aves, así como gran cantidad de peces, reptiles y mamíferos, haciendo del área un espacio privilegiado para el ecoturismo y la investigación científica.
Turismo y cultura
El Lago de Yojoa representa un punto estratégico para el turismo natural en Honduras. Ofrece paseos en lancha, kayak, pesca, regatas y caminatas ecológicas. En sus alrededores se encuentran atractivos de gran interés como:
El Parque Eco-Arqueológico Los Naranjos, con vestigios de la cultura lenca.
La cascada de Pulhapanzak, de unos 30 metros de altura.
La Ruta del Café y la del Cacao, donde se pueden realizar recorridos interpretativos y degustaciones.
Además, los visitantes disfrutan de una variada gastronomía local basada en pescado frito del lago, plátano frito y encurtido.
Importancia ambiental
Declarado “Área de Uso Múltiple” desde 1975, el Lago de Yojoa se gestiona para equilibrar conservación y desarrollo sostenible. Es la mayor reserva de agua dulce de Honduras y una fuente clave para la generación hidroeléctrica y el abastecimiento regional.
En conjunto, este lago no solo es un atractivo turístico de primer nivel, sino también un símbolo de biodiversidad y conservación ambiental en el corazón de Honduras.
Foto: Héctor Emilio Gonzalez